Todos los países del mundo deberían contar con un mismo sistema de trazabilidad, siguiendo el ejemplo de la Unión Europea, y en el que se incluyan requisitos uniformes de identificación electrónica, bases de datos comunes, así como un nivel de estándares de identificación semejantes.
Es lo que concluye un estudio realizado por expertos estadounidenses, titulado «Comparación de los Reglamentos y Requisitos de Trazabilidad» y publicado el pasado mes de agosto, en el que examinan con atención si las regulaciones de diferentes países integran todos los alimentos y en qué medida los sistemas de trazabilidad analizados aportan al consumidor la información y claridad necesarias.
El artículo explica cómo se ha analizado la trazabilidad alimentaria en todo el mundo y por qué es necesario contar con sistemas armonizados.